
¡Solo pensarlo me daba pavor! Y no era para menos, ya que cada vez que lo evaluaba veía muchas cosas negativas en los matrimonios. Siempre huí de todo lo que sugiriera la palabra boda (lo cual resulta irónico siendo fotógrafo de bodas) Casarme nunca fue una prioridad para mi, quería viajar y hacer lo que se me diera la gana sin sentirme atado a nada ni a nadie. La pasé súper bien, viajé, conocí muchas personas y tomé riesgos.