¡Solo pensarlo me daba pavor! Y no era para menos, ya que cada vez que lo evaluaba veía muchas cosas negativas en los matrimonios. Siempre huí de todo lo que sugiriera la palabra boda (lo cual resulta irónico siendo fotógrafo de bodas) Casarme nunca fue una prioridad para mi, quería viajar y hacer lo que se me diera la gana sin sentirme atado a nada ni a nadie. La pasé súper bien, viajé, conocí muchas personas y tomé riesgos.
Pero, como a muchos, me llegó la idea de formar una familia y casarme. No supe muy bien por qué, simplemente lo decidí y traté de no pensar demasiado en todas las razones que me habían mantenido soltero por tanto tiempo.
Siendo un “escéptico del matrimonio” retirado, ahora puedo decir: ¡Qué bueno que me casé! Qué bueno que encontré a una persona que quiera compartir cosas conmigo, que me ayude y me acompañe. Que tengamos una familia y a un hijo hermoso que está hecho de los dos…
Cuando pienso en todas las cosas buenas que han resultado de la decisión de casarme, todo lo malo desaparece y me siento satisfecho de estar acompañado y querido por una mujer, que evidentemente no es mi mamá :)
Existen muchas ideas alrededor del matrimonio, unos creen en él, a otros no les hace mucho sentido. ¿Tú qué opinas? Déjame un comentario, me encantaría saber tu opinión.